“Al alba y con viento duro de levante, fuerte levante,
salieron cinco helicópteros que llegaron a la isla de perejil para que
entregasen sus armas los militares marroquíes que ocupaban la isla…”
- -
Ja, ja, ja … nosotros estábamos allí viéndolo y
lo que había allí eran cabras nada más…. Si eso es un peñasco…
Comentaba nuestro amigo Juan Carlos, que tan buenos momentos
nos hizo pasar, en uno de los recesos de
la grabación de nuestro documental en el jardín de su casa del barrio de
California (Tánger), mientras nos invitaba uno de esos vinos ricos que el como
muchos otros componentes de la colonia española en Tánger tienen el arte de saber
conseguir por allí…
Y este era el discurso poético que remedábamos entre todos
de boca del ex ministro de defensa
Trillo cuando realizó la rueda de prensa que puso fin al incidente de la isla Perejil
que todos recordaréis…
Entre esta charla de chanza me surgió una reflexión...
Que raro y lejano queda el mensaje que nos llega a través de
los medios de comunicación de los sitios que no conocemos, las informaciones
que nos llegan de los sitios lejanos, aún hoy, en la sociedad de la información
están cargadas de tópicos y prejuicios paralelos y dados por sentado, que aún
nos causan ese miedo atávico a los desconocido. Que diferente es la realidad
que me encontré de un país tan cercano y tan ajeno a nosotros y que fascinante
para mí fue el descubrimiento de esa ciudad del norte de marruecos y del sur
del estrecho que es Tánger, una prolongación de España, de Andalucía llena de Europa
y del resto del mundo.
“Mapa Emocional de Tánger” ahonda en una realidad no tan
obvia y nos descubre que hay lugares que no son lo que parecen o nos cuentan a
simple vista, por eso me parece que trabajos como este son esenciales para el entendimiento
de un mundo tuitero que cada vez se restringe más a frases de 140 caracteres
por mensaje.
El patrimonio de las ciudades son sus edificios, y su
historia, sus ruinas, pero también es la emoción que se vivió en algún momento en
sus calles y en sus rincones. También
son sus vivencias, sus visitantes y las palabras, pensamientos o creaciones que
nos inspiran y Tánger fue, es y será una ciudad con muchísimo patrimonio
emocional.
Me gusta pensar que a veces para que un creador arranque con
su criatura le hace falta una chispa de posibilidad y me gusta pensar en que en
el cine esa chispa de posibilidad la pone un productor, alguien que traduce en
realidad la ensoñación de un creador.
Sé que José Ramón Da Cruz llevaba mucho tiempo pensando en
realizar este proyecto, quizás desde que tenía ocho años, edad en al que tuvo
que abandonar esta ciudad junto a su familia. Sé que había realizado,
afortunadamente, alguna entrevista a algunos de los protagonistas del
documental, hoy desgraciadamente ya fallecidos, y sé que su determinación a
realizarlo era tan firme como que había sol en el cielo. No quiero atribuirme méritos
que no me corresponden pero la sensación que tengo, desde que José inoculó en mí
el veneno de Tánger, es la de un sabueso que roe su hueso hasta dejarlo sin
resto alguno y esa continuidad, ese contagio de una idea quizás sea esencial para
que un director concluya su proyecto, su idea. Contemplar en un espejo como
otros ponen empeño en una gesta que crees solo tuya y que se convierte al final
en un movimiento, eso te hace creer más en ti y en tu locura. Y eso es para mí
este documental, una figura de porcelana pulida poco a poco año tras año y que
ahora no me canso de mostrar a todo el que quiera verla.
He leído en la estupenda entrevista que Marta Nieto-Davis le realizó a José Ramón Da Cruz para (La semana.es) que a él no le importa ganar
un premio por su trabajo en la dirección de “Mapa Emocional de Tánger”, pues a mí si me importa... creo que tal vez sea el miedo a la inmodestia lo que le hace decir esto. Lo cierto es que
para mí un trabajo tan valiente como este, muy al margen de convencionalismos
sociales y estéticos se merece un reconocimiento por parte de la industria.
Además un premio para alguien del equipo, sea quien sea y
sea cual sea su labor en el proyecto es un premio para todos los demás. Porque
en un proyecto cinematográfico nadie puede
ser ni debe ser nadie sin el trabajo de los demás, eso es un equipo.
Un premio como por ejemplo nuestro Goya que tanto sudor y
lágrimas ha costado a tanta gente tener y que tanto sudor y lágrimas está
costando a tanta gente mantener es un muy merecido reconocimiento por parte de
compañeros, crítica y público y a mí
como productor además me parece un espaldarazo para un proyecto como el nuestro,
que cuesta muchísimo introducir en circuitos más comerciales y no lo digo tan
solo por el redito industrial que pueda tener, que sabemos que es poco, sino porque
una obra de resistencia intelectual como
este documental merece ser visto por el mayor número de personas posible…
Algo de eso percibo en la reacción de la gente que ha visto
nuestro documental, ellos sin saberlo quizás perciben muchas de estas
sensaciones vividas por nosotros, una sensación de que hay algo muy especial en
ese Tánger emocional, al que sin lugar a dudas, antes o después serán atraídos.
(Fotos: Crístina Tovar)
___________________________________________________________________________Ángel Quirós
Tenemos una cita en filmoteca el día 13, enhorabuena.
ResponderEliminarOs deseamos un recorrido largo y exitoso.
Equipo TransArts
Ángela&Nacho