En un momento en el que el sistema de
subvenciones del Cine Español está colapsado por agotamiento, en un momento en
el que se recorta sin prever como quedarán las costuras, (dícese de la falta de
una ley de incentivos fiscales que haga atractiva a la empresa privada invertir en el audiovisual español). El sistema de producción del cine
independiente y en este caso del Cine experimental se yergue potente como una
herramienta para no caer en la parálisis del cine en este país.
Aviso:
Seguimos produciendo como lo hemos hecho siempre, sin coberturas
estatales, sin apoyos institucionales, con una distribución alternativa,
siempre buscando nuevas maneras de explotación, pero esta vez sin complejos y
convirtiéndonos en un polo de atracción para todo aquél, que por encima de todo
se aleja de los suaves y cómodos almidones de la subvenciones ya dadas por perdidas y que tras mil reformas
se convirtió en sistema perverso, no subvencionando lo que debería ser
subvencionable si no solo a lo que era viable y alejando de esta manera a la
inversión privada de la industria cinematográfica de nuestro país…
Proyección de producción experimental en "La Neomudeja de Atocha" |
No confundir cine experimental con
independiente, ya que un proyecto independiente no tiene porqué ser experimental,
sobre todo si definimos el término experimental como el que profundiza en la
investigación narrativa. Si podemos definir al cine independiente como
experimental (alternativo) por su producción, su distribución o su explotación,
y alternativo no debemos comprenderlo tampoco como pobre o amateur, si no como
eso, como la búsqueda de una alternativa a los circuitos convencionales que
ahora, por desgracia, se nos hace obligatoria, ese es el I+D en que debemos
centrarnos.
¿Y cómo se consigue que la producción del
experimental, del videoarte, o del cine independiente se convierta en una
alternativa viable?
-Con el proyecto, teniendo muy en cuenta la
sensibilidad del creador, no intentando supeditar su objetivo creativo a objetivos
comerciales, ese es realmente el gran capital del cine experimental y una vez
teniendo claro esto avanzando en conseguir el objetivo con acuerdos,
intercambios, permutas y todas aquellas opciones que nos hagan conseguir lo que
necesitamos.
-Con el equipo, haciéndole partícipe de un
proyecto artístico que les haga crecer y le suponga un reto creativo.
-Con los proveedores, nunca engañándoles y
haciéndoles saber con quien y como están colaborando, y siempre intentado
cubrir costes y tener la seria intención de hacerlo lo más rentable posible.
-Con los partners o inversores, haciéndoles
partícipes también del proyecto y pegando su nombre o marca a proyectos
artísticos ilusionantes y con gran valor de comunicación e influencia pública.
Hay muchas empresas que están deseando colaborar con nosotros pero que no saben
como hacerlo o que han tenido malas experiencias con administraciones fiscales
y tributarias.
-Con las vías de distribución y explotación,
encontrando, otras formas de que nuestra obras se den a conocer intentando, en
todo momento, respetar la cadena de valor que ahora se nos antoja tan perdida
pero que sin lugar a dudas acabaremos encontrando.
-Con el público, ofreciéndoles proyectos
diferentes, nunca tomándoles el pelo con plantillas mil veces usadas y que no
ofrecen nada nuevo, no ofreciéndoles mil veces la misma película con diferentes
caras.
Debemos seguir presionando para reordenar el
sistema de registros y subvenciones haciendo que respondan a la nueva realidad
y que se conviertan en vías que posibiliten el acceso de los creadores a nuevas
formas y maneras de contar las historias que nos interesa contar no la que nos
obligan a fabricar.
Debemos en definitiva trabajar intensamente y
empezar coser todo lo que están recortando y debemos hacerlo ya.
(Ángel Quirós)
Artículo publicado en la Revista (Academia) del cine español en noviembre de 2014.
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