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Fernando Marron (Dtor. de Fotografía) |
MadreQuentina
es un ejercicio poético, es videoarte, y en este campo suele haber mucha libertad
de creación. Pero Quentina tiene como punto de partida un personaje real,
Quentin Crisp, alguien que vivió no hace mucho. Es más, alguien que ha dejado
muchísimos escritos sobre su mundo y sobre sí mismo, y que ha sido retratado
en todo tipo de soporte fílmico y en lienzo un sinfín de veces a lo largo del
pasado siglo, de hecho una gran parte de su vida la pasó ganándosela como
modelo para estudiantes de dibujo. Yo
me acuerdo que en la primera reunión que tuve con José Ramón, el director,
sobre Quentina, el me enseñó una foto de Crisp, un estupendo perfil suyo con
una peluca blanca, que parece contrabalancear con la nariz que él sostiene de
manera provocadora, inquietante; un magnifico retrato en blanco y negro,
lleno de equilibrio y tensión, que sacó Andrew Macpherson en el último año de
la vida de Quentin. Esta foto desde entonces se ha convertido en mi referente
máximo, en mi imagen de Quentina. He leído muchas de las cosas que escribió
Quentin y también vi a la peli que está basada en su libro autobiográfico,
The Naked Civil Servant, en la cual lo interpreta John Hurt, que está genial,
pero que hemos decidido no tenerla como base para nuestro proyecto,
fijándonos más en estas imágenes estáticas de él y en un montón de cosas más
que aportaba José Ramón mientras se desarrollaba la producción.
Trabajar
con José Ramón es muy tranquilo, en el sentido estricto de la palabra. El
proyecto lo ha creado él, o sea, lo trae todo en su cabeza, y con eso no
tiene ninguna dificultad en transmitirte que es lo que quiere, y suele querer
unas cosas muy locas, que molan mucho; a la vez, te permite y espera que
aportes cosas nuevas, que traigas tus ideas, locuras, devaneos, lo que sea.
Eso a un fotógrafo le viene muy bien, uno se siente confortable para
experimentar y aportar cosas, aunque no siempre todo valga, claro; pero es un
proceso muy interesante. Para los distintos momentos -‘movimientos’, si
preferís- de Quentina José me ha presentado imágenes, fotografías, sobre las
cuales discutimos y llegamos a lo que queríamos imprimir en cada escena. Me
hace mucha gracia que, además de estas referencias muy concretas, él a veces
puede que te de indicaciones bastante sucintas, herméticas, casi: para una de
las secuencias de la peli, por ejemplo, la de La Madre que corre por un
aparcamiento, el me dijo algo como ‘Aquí quiero un atardecer tejano’. Y ya
(!). Y funciona! (O así lo creo yo, que nunca he estado en Texas ni mucho
menos, pero estamos los dos muy contentos con la secuencia y eso es lo que
vale).
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Rossy de Palma en un momento de Madre Quentina |
Yo
creo que el reto más importante que supuso la realización de MadreQuentina ha
sido intentar capturar y transmitir a la pantalla algo de la personalidad,
del carácter de Quentin Crisp. Aunque Quentina no sea Quentin, y sí una
creación de José Ramón libremente inspirada en él, para mí había la necesidad
de hacer lucir a este personaje, de tomar algo de su inquietud, de sus
contradicciones, de la fuerza que tenía esta persona. (Este tío ha sido, a la
vez, transgresor y reaccionario, revolucionario y conservador, drag queen en
el Londres de los años de la Guerra y conservador en los Estados Unidos de
los 80, o sea: !?! Es un personaje muy difícil de empezar a comprender, de
verdad fascinante). Para eso, sin duda el aporte más importante ha sido Rossy
de Palma. Todos la conocemos, hemos escuchado mil veces eso de que tiene una
presencia increíble delante de la cámara, es una chica Almodóvar, pero nada
te prepara para cuando la ves por el visor de la cámara. Cuando me dijo el
productor que ella sería la protagonista yo me quedé flipado. Luego hemos
sido presentados en la oficina, en una prueba vestuario, y yo ‘Vale, es Rossy
de Palma.’. La veo por cámara este mismo día y ‘Hombre, es Rossy de Palma!’.
Un par de semanas después, en el plató en el día del rodaje, la luz puesta,
maquillaje, peluquería, todo, la veo por el visor y ‘Joder, es Rossy de
Palma!’. Y a la vez era Quentina, y para mí su imagen ahora se mezcla y se
fusiona con la foto de Andrew Macpherson y ya no sé más disociar Quentina de
Quentin sin tener que hacer algún esfuerzo.
MadreQuentina
está dividida en momentos, en movimientos muy definidos, y la fotografía es
el elemento que marca estas diferencias. Hay tres macro separaciones, si
queréis, que son: Quentina, ella en su mundo en blanco y negro de sombras y
rinocerontes; Bárbaro, que con su madre y su muñequito del diablo vive en
una especie de suburbio setentero
pseudo-tejano al sonido de canciones italianas; y el infierno de La Barca,
donde Dzhokhar se esconde después del atentado en la maratón de Boston, y
hasta donde le perseguimos por video, internet, drones, o sea, hasta donde
alcanza la tecnología. Son momentos muy distintos, y para diferenciarlos más
hemos utilizado una gama amplia de cámaras y formatos de grabación distintos:
Red Scarlet a 4K con objetivos Leica R Summilux para Quentina, Canon C300 con
CanonLog y los Leica y Super8 film para Bárbaro y el muñequito, y C300 sin
CanonLog y con objetivos Canon USM II, GoPro, vídeo casero y imágenes sacadas
de la internet para La Barca. Quizá lo que me ha dejado más satisfecho hayan
sido las secuencias de Quentina, creo que ahí es donde hemos llegado más
cerca de lo que teníamos planteado hacer. Me ha gustado mucho la respuesta de
la Scarlet en blanco y negro y también la textura, menos orgánica que la que
nos daría una Alexa, por ejemplo; y el alto contraste de las Leica Summilux,
especialmente de un 35mm ƒ1.4 que tengo y adoro, y que me aportó la dureza
esta que buscaba para estas secuencias. Para Bárbaro mi idea original era
rodar a Super16, pero por presupuesto y por el workflow de la posproducción
nos hemos decidido a por rodar con C300. Otra vez me ha gustado bastante la
textura que sacamos, aunque no me termina de convencer el grano que he
añadido en etalonaje (que también llevé yo); añadir grano en pospro tiene muy
poco que ver con rodar en película, pero fotografiar es constantemente hacer
concesiones, de todos los tipos y por todas las razones imaginables, y esta
ha sido mi opción y estoy contento con ella. La Barca es un poco caos, como
era la idea, una mezcla de todo, y creo que la hemos resuelto de una manera
satisfactoria.
El
equipo de fotografía ha sido lo más reducido posible: en el plató donde
rodamos las secuencias de Quentina éramos yo, un eléctrico y Miri, fenomenal
ayudante de cámara que además es grandísima sonidista; en los demás rodajes
éramos Miri y yo y contábamos con la gran ayuda de los becarios de la
productora. Creo que el hecho de que éramos pocos ha contribuido para dar al
vídeo su cara medio, como lo pongo…? ‘Independiente’ no llega a explicar lo
que quiero decir, pero por ahí va; esta cara de peli pequeña, en el sentido
bueno, de cosa nuestra, en el sentido no criminal de la palabra.
De
MadreQuentina yo creo que habría que destacar la dirección de José Ramón, que
ha logrado poner, si no sentido a esta locura toda -que no era la idea ni
mucho menos- pero si una cohesión, de manera que uno ve a la obra y sale con
la sensación no de haberla comprendido, pero de haberla sentido, vivido, y
disfrutado de la experiencia. Yo he disfrutado muchísimo durante todo el
proceso, ha sido un gusto pensarla, luego rodar y etalonarla, y por fin he
disfrutado al verla terminada.
MadreQuentina,
para mí, es cine, es video y es también algo distinto, en el sentido de que
uno puede sentarse a verla en una sala de cine y disfrutarlo como buena
película, pero tampoco estaría fuera de sitio en un museo de vanguardia o
como parte de alguna instalación multimedia, fraccionada, dividida,
distribuida por diversas salas o - que se yo? - proyectada en el techo o algo
todavía más raro que se le ocurra a alguien. Quentina es un poco de Quentin
Crisp, un poco de Rossy de Palma, un poco mucho de José Ramón, y un poquito
de mi y de los demás compañeros. Es un algo muy chulo de que me alegro haber
participado.
Yo he
participado en muchos cortos y videoclips que tenían su cuota de
experimentación, siempre me ha gustado probar cosas nuevas en cámara, pero
nunca antes había fotografiado videoarte. Ha sido una experiencia muy buena,
no me pareció muy distinto a otras cosas que había hecho antes: básicamente
tienes una idea y intentas ponerla en práctica. Yo lo he encarado como cine,
que es donde está mi experiencia.
MadreQuentina
es una película más que ruedo en España, una muy especial, a cual tengo mucho
aprecio, y espero poder hacer más cosas del estilo y volver a trabajar con
este equipo, que ha sido genial.
São Paulo, 1979. Estudió Comunicación Social (Radio y
Televisión) en la Universidad FAAP de São Paulo que completó con un máster en
Dirección de Fotografía por la Escuela Séptima Ars de Madrid.
Desarrolla su experiencia en cine, TV y publicidad
trabajando con compañías como, Discovery Channel y otros canales internacionales…
Actualmente simultanea su
trabajo entre España y Brasil.
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