Translate / Traductor

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Tangernación (Nota del Productor) 1ª Parte




Cuando José (José Ramón Da Cruz) me pidió que escribiera algo sobre mi experiencia en la producción de Tangernación, me pregunté por donde podría empezar mi relato, ¿quizás debía hablar del rodaje?, ¿del casting de los actores?, ¿de la preproducción?.

 Yo como productor considero que la película no empieza ni acaba en el rodaje y su posterior montaje. La película, para un productor, como para un director, muy posiblemente, empieza incluso antes de la preproducción y acaba incluso mucho después de su estreno  y posterior explotación y distribución, incluso creo que muchos años después una película nos acompaña, seguramente, durante toda la vida. Incluso, muy probablemente, su fantasma nos trasciende después de muertos borrando incluso nuestra memoria y enterrando el recuerdo de nuestro nombre bajo su título, para recuperarlo al final en los créditos.


Me resulta difícil ordenar en estas palabras los recuerdos de mis diferentes estancias en Tánger, por que los recuerdos se agolpan y quieren salir todos juntos.  Lo intentaré y es ahora cuando echo de menos no haber tomado notas de mis sensaciones tras las largas jornadas de descubrimientos, encuentros y desencuentros que me ocurrieron durante los días del rodaje de esta película.


Para mí esta película empieza cuando José me habla de su Tánger por primera vez. Cuando me habla de su Tánger, por que Tánger, que es una ciudad mágica, hay muchos, posiblemente tantos como tangerinos y épocas.


Al abanico de sus recuerdos creó en mi mente un Tánger mítico, casi imposible visto a través de un niño de 8 años. El niño que era José cuando  junto a su familia abandona Tánger para trasladarse a Madrid.


Es por tanto el relato de un recuerdo interrumpido, que se me antoja mitificado y distorsionado por el paso del tiempo. Pero no dudo en hacer de estos recuerdos los míos y muy posiblemente por ello empiezo a hacer este proyecto también mío. Sí, creo que es en este momento, tras sus largas charlas de añoranza tangerina y de infancia, que evoca la prolongación de una Andalucía materna común imposible más allá del estrecho,  cuando empieza para mí la película.


Así pues cuando realizo mi primer viaje a Tánger, con José, para localizar, el Tánger que descubro no es el que cualquier otro viajero se encuentra. Descubro lugares comunes, que se imaginan en mí recuerdos no vividos, que como en una película de ficción, inundan mi cabeza, recuerdos que José ha sabido transmitirme en sus palabras y que luego veré evocados sin duda a través de la lente de la cámara cuando la película inventada en la cabeza, de ese viejo niño de 8 años se materialice mágicamente en una tarjeta de memoria y un código binario digital.


            Descubro un Tánger varado en el tiempo, casi detenido en los años 60. Me llaman la atención sus comercios, muchos de ellos conservan los nombres Españoles, como la pastelería la Española, hoy día regentada por marroquíes, inundado su escaparate de típicos dulces de miel y milhojas marroquíes y de abejas, signo este distintivo de todas las pastelerías y puestos de dulces de la ciudad y cuya presencia a nadie parece molestar, es mas parece que ser que nadie concebiría una pastelería de calidad en Tánger si no estuviera inundada de estos insectos, las abejas, y no otros mas que abejas, que nunca vi ni moscas, ni cualquier otro parásito en las pastelerías de Tánger. 
         Muchos de  los negocios que siguen funcionando hoy en día en Tánger, conservan sus nombres originales  Españoles o Franceses, como en aquellos años, esto contribuye a la impresión de que en Tánger no pase el tiempo y esto es debido en gran parte a que cuando esta ciudad dejó de ser zona internacional, ya que Tánger tuvo su propio estatuto de gobierno independiente, y se produjo la marroquinización, todos los negocios abiertos por ciudadanos extranjeros tuvieron que ser vendidos en un 51%  de sus participaciones a ciudadanos marroquíes , y en gran parte los negocios fueron vendidos a trabajadores y personal de confianza de los dueños de los comercios y me consta que la inmensa mayoría de ellos cambiaron su condición de empleados por la de empresarios pero no su mentalidad, siguiendo la inercia que en su momento les había impuesto sus patronos y esto nos hace llegar a que los restaurantes, los bares o los cafés siguen exactamente igual en su fondo, forma, mobiliario y estilo como cuando fueron abandonados por sus antiguos amos.


          Tánger, que por aquel entonces, podía presumir, de ser una de las ciudades más libres, glamorosas y por tanto cosmopolitas del mundo, donde se mezclaban multimillonarios, artistas, espías, intelectuales y aventureros…..formando un crisol de lenguas y culturas que confirieron a esa ciudad, lo que después, durante años ha sabido transmitir a sus visitantes y que la convierte en el plató natural de una película en blanco y negro de entreguerras, donde en cada esquina hay unos ojos que escudriñan tus pasos, entre el glamour y la miseria. Como es facilísimo imaginar que el “Rick´s Café” es en realidad el Hotel Mintza y que el fantasma de Rick y el de Sam, también en blanco y negro se inclinan sobre el piano del Bar, y si cierras los ojos y te dejas llevar por el rumor cercano del mar puedes oír esa melodía maldita de desamor que  se convirtió en banda sonora para la eternidad y siempre nos quedará París…


¿Cómo no va a ser Tánger una ciudad que merece ser escrita?


¿Cómo no va a ser Tánger una ciudad que merece ser fotografiada?


¿Cómo no va a ser Tánger una ciudad que merece ser pintada?


¿Cómo no va a ser Tánger una ciudad que merece ser filmada?


¿Si cada paso, cada calle, cada rincón, cada cruce, cada bar, cada encuentro es un 
hallazgo?

Tangernación (Trailer)

___________________________________________________________________________Ángel Quirós

No hay comentarios:

Publicar un comentario