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jueves, 27 de noviembre de 2014

Entrevista a Fernando Marron / Director de Fotografía de "Madre Quentina"


Madre Quentina está dividida en momentos, en movimientos muy definidos, y la fotografía es el elemento que marca estas diferencias.


Fernando Marron (Dtor. de Fotografía)


MadreQuentina es un ejercicio poético, es videoarte, y en este campo suele haber mucha libertad de creación. Pero Quentina tiene como punto de partida un personaje real, Quentin Crisp, alguien que vivió no hace mucho. Es más, alguien que ha dejado muchísimos escritos sobre su mundo y sobre sí mismo, y que ha sido retratado en todo tipo de soporte fílmico y en lienzo un sinfín de veces a lo largo del pasado siglo, de hecho una gran parte de su vida la pasó ganándosela como modelo para estudiantes de dibujo.  Yo me acuerdo que en la primera reunión que tuve con José Ramón, el director, sobre Quentina, el me enseñó una foto de Crisp, un estupendo perfil suyo con una peluca blanca, que parece contrabalancear con la nariz que él sostiene de manera provocadora, inquietante; un magnifico retrato en blanco y negro, lleno de equilibrio y tensión, que sacó Andrew Macpherson en el último año de la vida de Quentin. Esta foto desde entonces se ha convertido en mi referente máximo, en mi imagen de Quentina. He leído muchas de las cosas que escribió Quentin y también vi a la peli que está basada en su libro autobiográfico, The Naked Civil Servant, en la cual lo interpreta John Hurt, que está genial, pero que hemos decidido no tenerla como base para nuestro proyecto, fijándonos más en estas imágenes estáticas de él y en un montón de cosas más que aportaba José Ramón mientras se desarrollaba la producción. 


Trabajar con José Ramón es muy tranquilo, en el sentido estricto de la palabra. El proyecto lo ha creado él, o sea, lo trae todo en su cabeza, y con eso no tiene ninguna dificultad en transmitirte que es lo que quiere, y suele querer unas cosas muy locas, que molan mucho; a la vez, te permite y espera que aportes cosas nuevas, que traigas tus ideas, locuras, devaneos, lo que sea. Eso a un fotógrafo le viene muy bien, uno se siente confortable para experimentar y aportar cosas, aunque no siempre todo valga, claro; pero es un proceso muy interesante. Para los distintos momentos -‘movimientos’, si preferís- de Quentina José me ha presentado imágenes, fotografías, sobre las cuales discutimos y llegamos a lo que queríamos imprimir en cada escena. Me hace mucha gracia que, además de estas referencias muy concretas, él a veces puede que te de indicaciones bastante sucintas, herméticas, casi: para una de las secuencias de la peli, por ejemplo, la de La Madre que corre por un aparcamiento, el me dijo algo como ‘Aquí quiero un atardecer tejano’. Y ya (!). Y funciona! (O así lo creo yo, que nunca he estado en Texas ni mucho menos, pero estamos los dos muy contentos con la secuencia y eso es lo que vale).

Rossy de Palma en un momento de Madre Quentina


Yo creo que el reto más importante que supuso la realización de MadreQuentina ha sido intentar capturar y transmitir a la pantalla algo de la personalidad, del carácter de Quentin Crisp. Aunque Quentina no sea Quentin, y sí una creación de José Ramón libremente inspirada en él, para mí había la necesidad de hacer lucir a este personaje, de tomar algo de su inquietud, de sus contradicciones, de la fuerza que tenía esta persona. (Este tío ha sido, a la vez, transgresor y reaccionario, revolucionario y conservador, drag queen en el Londres de los años de la Guerra y conservador en los Estados Unidos de los 80, o sea: !?! Es un personaje muy difícil de empezar a comprender, de verdad fascinante). Para eso, sin duda el aporte más importante ha sido Rossy de Palma. Todos la conocemos, hemos escuchado mil veces eso de que tiene una presencia increíble delante de la cámara, es una chica Almodóvar, pero nada te prepara para cuando la ves por el visor de la cámara. Cuando me dijo el productor que ella sería la protagonista yo me quedé flipado. Luego hemos sido presentados en la oficina, en una prueba vestuario, y yo ‘Vale, es Rossy de Palma.’. La veo por cámara este mismo día y ‘Hombre, es Rossy de Palma!’. Un par de semanas después, en el plató en el día del rodaje, la luz puesta, maquillaje, peluquería, todo, la veo por el visor y ‘Joder, es Rossy de Palma!’. Y a la vez era Quentina, y para mí su imagen ahora se mezcla y se fusiona con la foto de Andrew Macpherson y ya no sé más disociar Quentina de Quentin sin tener que hacer algún esfuerzo.



MadreQuentina está dividida en momentos, en movimientos muy definidos, y la fotografía es el elemento que marca estas diferencias. Hay tres macro separaciones, si queréis, que son: Quentina, ella en su mundo en blanco y negro de sombras y rinocerontes; Bárbaro, que con su madre y su muñequito del diablo vive en una  especie de suburbio setentero pseudo-tejano al sonido de canciones italianas; y el infierno de La Barca, donde Dzhokhar se esconde después del atentado en la maratón de Boston, y hasta donde le perseguimos por video, internet, drones, o sea, hasta donde alcanza la tecnología. Son momentos muy distintos, y para diferenciarlos más hemos utilizado una gama amplia de cámaras y formatos de grabación distintos: Red Scarlet a 4K con objetivos Leica R Summilux para Quentina, Canon C300 con CanonLog y los Leica y Super8 film para Bárbaro y el muñequito, y C300 sin CanonLog y con objetivos Canon USM II, GoPro, vídeo casero y imágenes sacadas de la internet para La Barca. Quizá lo que me ha dejado más satisfecho hayan sido las secuencias de Quentina, creo que ahí es donde hemos llegado más cerca de lo que teníamos planteado hacer. Me ha gustado mucho la respuesta de la Scarlet en blanco y negro y también la textura, menos orgánica que la que nos daría una Alexa, por ejemplo; y el alto contraste de las Leica Summilux, especialmente de un 35mm ƒ1.4 que tengo y adoro, y que me aportó la dureza esta que buscaba para estas secuencias. Para Bárbaro mi idea original era rodar a Super16, pero por presupuesto y por el workflow de la posproducción nos hemos decidido a por rodar con C300. Otra vez me ha gustado bastante la textura que sacamos, aunque no me termina de convencer el grano que he añadido en etalonaje (que también llevé yo); añadir grano en pospro tiene muy poco que ver con rodar en película, pero fotografiar es constantemente hacer concesiones, de todos los tipos y por todas las razones imaginables, y esta ha sido mi opción y estoy contento con ella. La Barca es un poco caos, como era la idea, una mezcla de todo, y creo que la hemos resuelto de una manera satisfactoria. 



El equipo de fotografía ha sido lo más reducido posible: en el plató donde rodamos las secuencias de Quentina éramos yo, un eléctrico y Miri, fenomenal ayudante de cámara que además es grandísima sonidista; en los demás rodajes éramos Miri y yo y contábamos con la gran ayuda de los becarios de la productora. Creo que el hecho de que éramos pocos ha contribuido para dar al vídeo su cara medio, como lo pongo…? ‘Independiente’ no llega a explicar lo que quiero decir, pero por ahí va; esta cara de peli pequeña, en el sentido bueno, de cosa nuestra, en el sentido no criminal de la palabra.

De MadreQuentina yo creo que habría que destacar la dirección de José Ramón, que ha logrado poner, si no sentido a esta locura toda -que no era la idea ni mucho menos- pero si una cohesión, de manera que uno ve a la obra y sale con la sensación no de haberla comprendido, pero de haberla sentido, vivido, y disfrutado de la experiencia. Yo he disfrutado muchísimo durante todo el proceso, ha sido un gusto pensarla, luego rodar y etalonarla, y por fin he disfrutado al verla terminada.


MadreQuentina, para mí, es cine, es video y es también algo distinto, en el sentido de que uno puede sentarse a verla en una sala de cine y disfrutarlo como buena película, pero tampoco estaría fuera de sitio en un museo de vanguardia o como parte de alguna instalación multimedia, fraccionada, dividida, distribuida por diversas salas o - que se yo? - proyectada en el techo o algo todavía más raro que se le ocurra a alguien. Quentina es un poco de Quentin Crisp, un poco de Rossy de Palma, un poco mucho de José Ramón, y un poquito de mi y de los demás compañeros. Es un algo muy chulo de que me alegro haber participado.


Yo he participado en muchos cortos y videoclips que tenían su cuota de experimentación, siempre me ha gustado probar cosas nuevas en cámara, pero nunca antes había fotografiado videoarte. Ha sido una experiencia muy buena, no me pareció muy distinto a otras cosas que había hecho antes: básicamente tienes una idea y intentas ponerla en práctica. Yo lo he encarado como cine, que es donde está mi experiencia.


MadreQuentina es una película más que ruedo en España, una muy especial, a cual tengo mucho aprecio, y espero poder hacer más cosas del estilo y volver a trabajar con este equipo, que ha sido genial.  



São Paulo, 1979. Estudió Comunicación Social (Radio y Televisión) en la Universidad FAAP de São Paulo que completó con un máster en Dirección de Fotografía por la Escuela Séptima Ars de Madrid.
Desarrolla su experiencia en cine, TV y publicidad trabajando con compañías como, Discovery Channel y otros canales internacionales…
Actualmente simultanea su trabajo entre España y Brasil.


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